Kenny se paró frente a la congregación que había abandonado hacía años cuando perdió su fe en Dios, y compartió que había sido restaurado. ¿Cómo? Dios había tocado su corazón a través del diseño y la belleza que vio en la creación. El testimonio de la revelación general de Dios en el mundo natural lo llevó a abrazar ahora la sabiduría de la revelación especial de las Escrituras. Después de compartir su historia, su padre, con lágrimas de gozo, lo bautizó con base en su fe en Jesús.
Después de perder mucho en la vida, la fe de Job también se vio sacudida. Dijo: «Clamo a ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes» (Job 30:20). Dios «respondió […] a Job desde un torbellino» (38:1), declarando que no era que Él no viera a Job, sino que la visión de Job debía expandirse al considerar su intrincada y asombrosa creación. Las «bases de la tierra», «las estrellas matutinas» (vv. 4, 7 NVI), y todas las criaturas, plantas y aguas encontradas entre ellas (vv. 8-41) apuntaban hacia Aquel en quien Job podía confiar: el Dios de amor y poder asombrosos. Job respondió: «De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven» (42:5).
Cuando las dudas amenazan tu fe en Cristo, considera la magnificencia de la creación de Dios. Él se revela en ella si solo tenemos ojos para ver.
De: Tom Felten