Brock y Dennis eran amigos de la infancia, pero cuando crecieron, Brock mostró poco interés en la fe de Dennis en Jesús. Dennis amaba a su amigo y oraba por él porque sabía que iba en un camino descendente de oscuridad y depresión. Al orar, adaptó las palabras del profeta Ezequiel: «Por favor, Dios, quita de Brock un corazón de piedra y dale uno de carne» (ver Ezequiel 11:19). Anhelaba que su amigo anduviera en el camino de Dios.

Diez años después, Dennis seguía orando fielmente. Entonces, recibió una llamada de Brock: «¡Acabo de entregarle mi vida a Jesús!». Entre lágrimas, Dennis se regocijó al oír que su amigo finalmente le había confiado su vida a Dios.

En sus oraciones, Dennis se concentró en las promesas que Dios hizo a su pueblo a través de Ezequiel. Aunque se habían alejado de Él con prácticas detestables, dijo que transformaría sus corazones para que lo siguieran fielmente: «Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne» (v. 19). De este modo, seguirían a Dios fielmente (v. 20).

Aunque nos hayamos alejado mucho de Dios, a Él le encanta darnos un corazón tierno y amoroso. Solo necesitamos volvernos a Él con fe y arrepentimiento, y recibir a Jesús como Salvador.

 

De:  Amy Boucher Pye