El peor incendio residencial en Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial envolvió la Torre Grenfell, en el oeste de Londres, cobrándose la vida de 70 personas. Los investigadores revelaron que la razón fundamental de que las llamas se esparcieran con tanta rapidez fue el material de revestimiento que se usó para la restauración del exterior del edificio: aluminio por fuera, pero plástico extremadamente inflamable por dentro.

¿Cómo permitieron que un material tan peligroso se vendiera e instalara? Los vendedores ocultaron los pobres resultados de las pruebas de seguridad contra incendios. Y los compradores, atraídos por el bajo precio, ignoraron las advertencias. El revestimiento exterior era deslumbrante.

Algunas de las palabras más duras de Jesús las dirigió a los maestros religiosos a quienes acusó de ocultar corrupción tras una apariencia agradable. Les dijo que eran como «sepulcros blanqueados, que por fuera […] se muestran hermosos», pero llenos de huesos de muertos por dentro (Mateo 23:27). Se centraban en lucir bien, limpiando «lo de fuera del vaso», pero no el interior «de robo y de injusticia» (v. 25).

Es más fácil lucir bien que presentar con sinceridad ante Dios nuestro peligroso corazón corrompido. Por eso, Él nos invita a permitirle transformar todo desde adentro (1 Juan 1:9).

De: Monica La Rose