Rose Turner, psicóloga de la moda, estudia el impacto de la ropa en la forma de pensar de las personas, su comportamiento y estado de ánimo. La ropa forma una especie de «segunda piel» y nos prepara para lo que nos depare el día. Por ejemplo, llevar un atuendo profesional puede «ayudar a motivarnos» en el trabajo, y llevar prendas clásicas con valor sentimental puede reconfortarnos en situaciones de estrés.

Este fenómeno psicológico permite comprender las palabras proféticas de Isaías sobre el acto sacrificial de Jesús. Registra la futura liberación de los judíos en Babilonia, asegurándoles que un día «[reedificarían] las ruinas antiguas, […] y [restaurarían] las ciudades arruinadas» en su ausencia (Isaías 61:4). Aquel día, llevarían un «manto de justicia» (v. 10).

La profecía de Isaías se cumplió primero en el regreso de la nación a Jerusalén, y luego plenamente cuando Dios hizo a Jesús pecado por nosotros, «para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él» (2 Corintios 5:21). La justicia describe nuestra relación correcta con Dios cuando confiamos en el sacrificio de Cristo. Dios no nos ve vestidos de vergüenza o desgracia por nuestro pecado; nos ve revestidos de la justicia perdurable de Jesús, una «segunda piel» que nos ciñe de gozo hoy y por la eternidad.

De: Kirsten Holmberg