«¿Nacer de nuevo? ¿Qué es eso? —preguntó el director de la funeraria—. Nunca oí esa expresión». Aprovechando la oportunidad, el hijo del fallecido usó el capítulo 3 de Juan para explicarle.
«Consiste en que todos nacemos una vez en este mundo —dijo—. Dios no tiene una balanza mágica donde compara el peso de nuestras buenas obras con las malas, sino que requiere que nazcamos del Espíritu. Por eso, Jesús murió en la cruz; pagó por nuestros pecados y nos dio la posibilidad de tener vida eterna en Él. No podemos hacerlo por nuestra cuenta».
En Juan 3, Nicodemo comenzó a dudar de lo que sabía. Maestro experto en las Escrituras (v. 1), reconocía que Jesús era diferente y enseñaba con autoridad (v. 2). Quería comprobarlo personalmente, así que, una noche, abordó a Cristo para aclarar el tema. Es probable que Nicodemo haya aceptado la declaración de Jesús —«Os es necesario nacer de nuevo» (v. 7)— y haya creído, porque luego ayudó a preparar el cuerpo de Jesús para la sepultura después de que lo crucificaran (19:39).
El director de la funeraria acordó ir a su casa y leer el tercer capítulo del Evangelio de Juan. Como el hijo que habló con el director, hagamos nuestras las palabras de Jesús y, con su ayuda, compartámoslas a otros.
De: Brent Hackett