Dios hizo muchas promesas en la Biblia. Pero hay confusión entre los cristianos acerca de cuáles versículos podemos apropiarnos. Tres preguntas son útiles para determinar si las promesas divinas se aplican a nuestra situación personal:
- ¿Se refiere esta promesa a una persona o circunstancia concreta, o se trata de una promesa para todos los creyentes? Por ejemplo, la promesa hecha a Abraham y Sara sobre el nacimiento de su hijo (Gn 18.10) era solo para ellos. Mientras que Hebreos 13.5 nos garantiza que Cristo estará con sus hijos para siempre.
- ¿Estamos pidiendo al Señor que satisfaga una necesidad o un deseo? Una necesidad es algo que debemos tener para que Dios complete su obra en nuestra vida. Un deseo es algo que queremos para nuestra satisfacción.
- Antes de cumplir una promesa, ¿requiere Dios alguna acción de nuestra parte? Proverbios 3.5, 6 es una promesa condicional, que promete la dirección de Dios a medida que confiamos en Él. Por otro lado, la seguridad de la compañía de Cristo es incondicional; no depende de lo que hagamos (Mt 28.20).
De manera que al considerar estas preguntas mientras leemos la Biblia, podemos saber qué promesas se aplican a nuestras circunstancias.
Biblia en un año: LUCAS 6-7