Cuando mi esposa y yo salimos a andar en bicicleta, nos gusta saber cuántos kilómetros pedaleamos. Entonces, fui a una tienda de bicicletas a comprar un odómetro, y volví a casa con una minicomputadora que descubrí que era bastante complicada de programar.

Regresé a la tienda, donde la persona que me la vendió la hizo funcionar de inmediato. Me di cuenta de que no era tan difícil de entender como yo pensaba.

En la vida, las cosas y las ideas nuevas pueden parecer complicadas. Piensa, por ejemplo, en la salvación. Algunos tal vez crean que convertirse en hijo de Dios es complicado, pero la Biblia lo explica en términos sencillos: «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo» (Hechos 16:31). Ninguna serie de reglas que seguir. Ningún misterio que resolver.

Esta es la simple verdad: todos hemos pecado (Romanos 3:23). Jesús vino a la tierra a salvarnos del castigo de nuestro pecado: la muerte y separación eterna de Él (Mateo 1:21; 1 Pedro 2:24). Él resucitó de los muertos (Romanos 10:9). Y somos salvos de la muerte espiritual para tener vida eterna al creer en lo que Él hizo por nosotros (Juan 3:16).

Considera qué será para ti simplemente creer en Jesús. Permítele darte «vida […] en abundancia» (Juan 10:10).

De: Dave Branon