Romanos 5.1-11

¿Qué nos da paz? La mayoría de las personas dirían que la tranquilidad interior depende de las circunstancias, tales como una relación sólida con el cónyuge, un trabajo bien remunerado o tener buena salud. Pero ¿qué pasa cuando una pareja riñe, la empresa despide empleados o la enfermedad debilita el cuerpo? Entonces, la serenidad que pensábamos tener se desmorona, porque la paz arraigada en las buenas situaciones no es verdadera paz.

Cristo es el único que ofrece una paz profunda, duradera e inquebrantable. Sin embargo, no podemos experimentar esa genuina sensación de calma a menos que estemos viviendo en su voluntad. El sometimiento al Señor y a sus planes permite que su paz impregne nuestra vida.

Cuando el Espíritu Santo vive en nosotros, podemos enfrentar cada día con confianza y serenidad, pero eso solo ocurre al tener una relación con el Salvador. El apóstol Pablo explica que para ser justificados, es decir, declarados no culpables, debemos aceptar el sacrificio que Cristo hizo en nuestro lugar. La justificación nos hace estar bien con Dios y tener corazones llenos de paz (Ro 5.1).

Si usted todavía no ha reconocido ante Dios que acepta el sacrificio amoroso que su Hijo hizo a su favor, ahora es el momento adecuado para entregarse a Él.

BIBLIA EN UN AÑO: GÁLATAS 1-3