Cierta información, como un cumpleaños o un número de teléfono, es fácil de recordar. Sin embargo, tendemos a olvidar la bondad de Dios para con nosotros. Los versículos de hoy sugieren una manera de contrarrestar esto.
Después de sacar a su pueblo sano y salvo de Egipto y atravesar el mar Rojo, Dios milagrosamente proporcionó otro camino seco al amontonar las aguas del Jordán río arriba. Sabía que los israelitas estaban a punto de entrar a Jericó y que, por el poder de Él, vencerían. Sin duda, fue compasivo de parte de Dios dar esa ilustración tangible de su poder y presencia antes de la batalla; pues sabía cuán rápido lo habían olvidado antes.
Dios tenía un plan para ayudar a su pueblo a recordar el milagro en el río. Les dijo que crearan un monumento conmemorativo con 12 piedras, cada una representando a una tribu de Israel que había pasado con seguridad a través de las aguas (Jos 4.7, 8). Entonces tendrían un recordatorio duradero del rescate divino.
Somos muy parecidos a los israelitas, con el tiempo, olvidamos su bondad hasta que se nos recuerda nuestra necesidad de Él.
De manera que, ya sea llevando un diario o con una “lista de agradecimiento”, asegúrese de tener una manera de recordar la participación del Señor en su vida.
Biblia en un año: ZACARÍAS 11-14