De todas las tonterías que han llevado a la guerra, ¿podría ser un pastel la peor de todas? En 1832, en medio de las tensiones entre Francia y México, un grupo de oficiales del ejército mexicano visitó una pastelería francesa en Ciudad de México y probó todos los productos del pastelero sin pagar. Aunque hubo otros agravantes, el resultado fue la primera guerra franco-mexicana, conocida como la Guerra de los Pasteles. Es triste lo que un momento de ira puede incitar.
La mayoría de los conflictos humanos tienen su origen en alguna forma de ira descontrolada. El egoísmo y los juegos de poder, los malentendidos no resueltos, los desaires y las agresiones reactivas… todos son tonterías. A menudo, nuestras percepciones o reacciones desacertadas conducen a una ira destructiva. Sin embargo, Eclesiastés nos ofrece sabiduría: «No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios» (7:9).
Es una tontería tener un temperamento explosivo y ser provocado fácilmente a la ira, especialmente cuando Dios ofrece una mejor manera; tal vez a través de «la reprensión del sabio» (v. 5). Al buscar la sabiduría, podemos dejar que «la paz de Dios gobierne en [nuestros] corazones» (Colosenses 3:15). Con su ayuda, podemos vivir con sabiduría y perdonando.
De: Winn Collier