Sophia Roberts tenía once años cuando presenció por primera vez una cirugía a corazón abierto. Aunque podría parecer que era muy pequeña para ver semejante procedimiento, hay que saber que su papá, el Dr. Harold Roberts, es cirujano cardiovascular. En 2022, Sophia (que ahora tiene 30 años y es médica cirujana residente) realizó con su papá un reemplazo de la válvula aórtica. Harold dijo: «¿Qué mejor? Le enseñé a esta niña a andar en bicicleta […]. Ahora, enseñarle a operar un corazón humano es bastante loco».
Si bien pocos le enseñaremos a un hijo a operar, Salomón describe la importancia de enseñarle otra cosa a la próxima generación: honrar a Dios y sus caminos. El sabio rey compartió apasionadamente con su hijo lo que había aprendido al relacionarse con Dios: «Hijo mío, […] fíate del Señor de todo tu corazón» (Proverbios 3:1, 5); «teme al Señor» (v. 7); «honra al Señor» (v. 9); y «no deseches [su] disciplina» (v. 11 rva-2015). Salomón sabía que Dios «ama» y «quiere» a sus hijos, que reciben con agrado su corrección y guía (v. 12).
Enseñémosle a la próxima generación qué significa confiar, reverenciar y honrar a nuestro Dios asombroso, y permitir humildemente que nos transforme. Acompañarlo en esta tarea es un privilegio vital y, sí… ¡bastante loco!
De: Tom Felten