Aunque lograron que los humanos vuelen, la travesía de los dos hermanos Wright no fue fácil. A pesar de los innumerables fracasos, ridiculizaciones, problemas de dinero y una lesión grave de uno de ellos, las pruebas que enfrentaron no los detuvieron. Orville Wright señaló: «Ningún ave se eleva en la calma». Según el biógrafo David McCullough, la idea es que la adversidad puede «ser a menudo lo que uno necesita para volar más alto». Y agregó: «Su alegría no era llegar a la cima de la montaña, sino escalarla».
Pedro enseñó un principio espiritual similar a la iglesia primitiva perseguida. Dijo: «no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido» (1 Pedro 4:12). No negaba el dolor del sufrimiento, pero sabía que la esperanza en Cristo desarrolla nuestra confianza en Dios.
Esto es especialmente cierto cuando sufrimos por creer en Jesús. Pedro escribió: «gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría» (v. 13). Y agregó: «Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros» (v. 14).
Así como el biógrafo elogió el carácter de los hermanos Wright, que otros puedan ver el carácter amoroso de Dios en nosotros.
De: Patricia Raybon