El Señor no nos permite experimentar momentos espirituales grandiosos simplemente para que presumamos o seamos testigos de algo maravilloso. En vez de eso, los usa para crear una fe auténtica.
Un encuentro excepcional de este tipo tiene como objetivo fomentar nuestro crecimiento e intimidad con Dios. También está diseñado para aumentar nuestra motivación para servirle de todo corazón, entregándonos a su obra y su gloria sin reservas.
Dios tiene varios propósitos para tales experiencias: revelarse a sí mismo de una manera nueva, prepararnos para una prueba o enseñarnos a obedecer. Las lecciones que aprendemos de Él en esos momentos especiales están destinadas a llevarnos a través de tiempos más difíciles. Entonces recordemos lo que Él enseñó en la cima de la montaña. Y en tiempos de prueba, nuestra obediencia traerá honra al nombre de Dios (1 P 1.6-8).
El Señor puede querer llamar su atención durante momentos de profunda adoración, en un momento de profunda devoción, o cuando esté completamente solo, escuchando y conversando de manera íntima con Él. Atesore las cosas que Él le enseñe, ya sean revelaciones poderosas o conocimientos más comunes. Si usted se deja ser guiado por el camino de la obediencia, Dios le llevará a alturas aún mayores.
Biblia en un año: ZACARÍAS 1-5