Durante años, Evan luchó con una adicción que le impedía acercarse a Dios. ¿Cómo puedo ser digno de su amor?, se preguntaba. Por eso, aunque seguía asistiendo a la iglesia, sentía que un abismo infranqueable lo mantenía separado de Dios.
Sin embargo, cuando Evan oraba fervientemente por algo, Dios parecía contestarle, y también enviaba personas para alentarlo y consolarlo en momentos difíciles. Años después, se dio cuenta de que Dios lo estaba buscando constantemente y mostrándole siempre que lo amaba y lo cuidaba. Fue entonces que empezó a confiar en el amor y el perdón de Dios. Dijo: «Ahora sé que Dios me ha perdonado y que puedo acercarme a Él, aunque todavía lucho con mi adicción».
Ezequiel 34:11-16 nos habla de un Dios que busca a su pueblo. «Yo mismo buscaré mis ovejas y cuidaré de ellas», dijo, prometiendo rescatarlos y proveerles en abundancia (v. 11). Esto fue después de que los líderes humanos los abandonaron y desobedecieron a su verdadero pastor (vv. 1-6). Ya sea que seamos víctimas de las circunstancias o padezcamos las consecuencias de nuestro pecado, Dios nos busca con amor. En su misericordia y gracia, nos lleva de regreso a Él. Si has olvidado a Dios, vuelve a Él. Luego, bajo su guía, sigue caminando a su lado.
De: Leslie Koh