La aclamada pintura Let My People Go [Deja ir a mi pueblo], de Aaron Douglas, usa colores lavanda, verde y oro, junto con una imagen africana tradicional, para contar la historia bíblica de Moisés, y la relaciona con la lucha de los afroamericanos por la libertad y la justicia.

El artista usa un rayo de luz para simbolizar a Dios tras haber visto la grave situación de los israelitas en Egipto y dando su mensaje a Moisés: «Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel» (Éxodo 3:10).

En la pintura, Moisés aparece arrodillado en obediente sumisión a las instrucciones de Dios, pero lo que atrae la mirada son las olas oscuras y los caballos entrenados para la guerra, como un recordatorio de las luchas que enfrentarían los israelitas al salir de Egipto. Pero el rayo de luz destella como un recordatorio de que Dios estaría con ellos.

Las emociones que evoca resuenan porque la lucha contra la injusticia continúa. Muchos usan su poder para oprimir a hombres, mujeres y niños en todo el mundo. Junto al clamor de estos a Dios en cuanto a ser «refugio del pobre […] para el tiempo de angustia» (Salmo 9:9), nosotros podemos también rogarle que responda a sus clamores por ayuda y actuar a favor de los oprimidos.

De: Lisa M. Samra