Cuando uno piensa en la carrera de velocidad de 100 metros, quizá viene a la mente el actual poseedor del récord mundial, Usain Bolt. Pero no podemos olvidar a Julia «Huracán» Hawkins. En 2021, Julia cruzó la línea de llegada antes que todos los otros en los 100 metros en los Juegos para Veteranos de Luisiana. Su tiempo fue apenas 60 segundos más que los 9,85 de Bolt. ¡Pero ella tenía 105 años!

Una mujer que todavía corre a su edad es admirable. Y también son admirables los creyentes en Jesús que nunca dejan de correr con Él hacia su meta (Hebreos 12:1-2). El salmista dice de los fieles en las últimas etapas de la vida: «El justo florecerá como la palmera […]. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes» (Salmo 92:12-14).

Los creyentes mayores que siguen esta clase de patrón pueden hallar más instrucciones en la carta de Pablo a Tito. Los ancianos tienen que ser «sanos en la fe, en el amor, en la paciencia» (Tito 2:2), y las ancianas tienen que ser «maestras del bien» (v. 3).

A los creyentes ancianos no se los llama a dejar de correr la carrera. Tal vez no sea como lo hace Julia en la pista, sino de maneras que honren a Dios con la fortaleza que Él provee a los necesitados. Corramos todos la carrera para servir bien al Señor y a los demás.

De: Dave Branon