Mateo 9.18-33

Los discípulos experimentaron muchos “momentos cumbres” durante su tiempo con el Señor Jesús. Presenciaron milagros asombrosos, como cuando revivió a la hija del principal de la sinagoga, sanó la vista de dos hombres, les restauró el habla a los mudos y liberó a un hombre poseído por un demonio. Sin embargo, como mencionamos ayer, una tormenta inesperada se desató en el mar. Al ver al Señor caminando sobre las aguas, los discípulos sintieron un profundo temor (Mt 14.24-26).

Lo mismo nos puede ocurrir en tiempos de adversidad. Podemos llegar a olvidar cómo ha respondido nuestras oraciones en el pasado y cómo nos ha guiado por medio del Espíritu Santo.

Leer la Biblia y llevar récord escrito de las maneras en que Dios ha actuado en nuestra vida es vital. Sirve como un mapa para trazar dónde hemos estado y cómo Él nos ha ayudado en el camino. Aunque la prueba que usted atraviesa en este momento sea diferente, puede hacer una pausa para recordar la naturaleza inmutable del Señor a lo largo de los años.

Como cristianos, tenemos un enemigo que quiere desviar nuestro enfoque de Dios. Pasemos tiempo en la Palabra y llevemos un registro de lo que el Señor ha hecho en nuestra vida. Hacerlo nos ayudará a recordar su provisión y protección.

BIBLIA EN UN AÑO: 2 SAMUEL 10-12