Durante años, expertos en acondicionamiento físico han enfatizado la importancia de correr para la salud cardiovascular. Pero estudios científicos recientes han demostrado que las caminatas diarias también son beneficiosas. Un informe señala: «Los adultos que daban 8.000 pasos o más por día tenían menor riesgo de muerte en la siguiente década que los que caminaban solo 4.000». Caminar es bueno para nosotros.
En la Biblia, caminar se usa como metáfora de tener comunión con Dios. En Génesis 3, se nos dice que Adán y Eva caminaban «al aire del día» (v. 8). Génesis 5 relata que «caminó Enoc con Dios […] trescientos años» (v. 22). Un día, su fidelidad en pasar tiempo con su Creador hizo que fuera llevado directamente para estar con Él (v. 23). En Génesis 17, cuando renovó su pacto con Abram, Dios lo invitó: «camina delante de mí» (v. 1 RVA-2015). Y Jacob, poco antes de morir, describió a Dios como su pastor y habló de sus antepasados que en «presencia [de Dios] caminaron» (48:15 NVI). En el Nuevo Testamento, Pablo nos instruyó: «Andad en el Espíritu» (Gálatas 5:16).
Como Enoc y los patriarcas en Génesis, podemos caminar con Dios diariamente, rindiendo nuestra vida a Jesús y siendo guiados por el Espíritu Santo. Este es el camino a la salud verdadera. ¿Cómo está tu caminata?
De: Matt Lucas