Un corredor en la Maratón de Londres experimentó por qué es vital no correr una carrera larga solo. Después de una rigurosa preparación, quería terminar fuerte, pero, mientras se tambaleaba para llegar a la meta, se sentía exhausto y al borde de colapsar. Antes de que se cayera, dos compañeros maratonistas lo tomaron de los brazos, uno de cada lado, y ayudaron al agotado corredor a terminar el recorrido.
Como ese corredor, Salomón, el escritor de Eclesiastés, nos recuerda varias ventajas importantes de tener a otros para correr con nosotros la carrera de la vida. Señala: «Mejores son dos que uno» (4:9). Arroja luz sobre las ventajas de los esfuerzos y trabajos en conjunto. También escribió que ese compañerismo puede producir «mejor paga [del] trabajo» (v. 9). En tiempo de dificultad, un compañero está allí para levantar al otro (v. 10). En las noches oscuras y frías, los amigos pueden juntarse y «se calentarán mutuamente» (v. 11). Y durante el peligro, dos «resistirán» contra un agresor (v. 12). Aquellos cuyas vidas están entrelazadas pueden tener una gran fuerza.
Con todas nuestras debilidades y flaquezas, necesitamos el apoyo y la seguridad de una comunidad de creyentes en Jesús. ¡Avancemos juntos siguiendo su guía!
De: Marvin Williams