En Efesios 5.20 (PDT), se nos dice: “Siempre den gracias por todo a Dios Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”, lo cual puede parecer fácil cuando la vida va bien. Pero si surgen circunstancias dolorosas, expresar gratitud puede ser difícil.
El apóstol Pablo, quien escribió el pasaje de hoy, sabía que sus riquezas en Cristo superaban con creces cualquier malestar terrenal. Considere las bendiciones que él tanto valoraba y que están al alcance de todos los creyentes.
Primero, se nos invita a tener una relación personal con el único Dios verdadero: el soberano, omnisciente y omnipresente Señor de toda la creación. Segundo, nuestro Creador nos ama con un amor eterno e incondicional. Tercero, envió a su Hijo a rescatarnos para que pudiéramos pasar la eternidad con Él. Como resultado, cuando ponemos nuestra confianza en Jesucristo, somos liberados del temor a la muerte.
Y la lista de bendiciones sigue: Dios adopta a los creyentes como sus hijos y los sella con su Espíritu (Ef 4.30). Promete satisfacer cada necesidad (Fil 4.19) y nos da su Palabra y su Espíritu para guiarnos.
Revise las bendiciones que enumeró ayer y piense en cualquier razón adicional para estar agradecido.
Biblia en un año: 1 CORINTIOS 4-6