Muchos estamos familiarizados con el himno “Oh Qué Amigo Nos Es Cristo”. Sabemos que nuestro Salvador es un gran amigo (Jn 15.15), pero consideremos aspectos específicos de su relación con nosotros:
- Está comprometido con nosotros. Dicho compromiso es por más de una vida, es eterno. Y aunque la vida traerá algunas decepciones, el Señor nunca nos defraudará.
- Es receptivo y transparente en todo momento. Dios nos mostrará más sobre sí a medida que deseemos conocerlo mejor.
- Es sensible a nuestros deseos, así como a nuestras necesidades. Él sabe cómo satisfacer nuestros anhelos más profundos y amorosamente nos invita, una y otra vez, a conectarnos con Él.
- Un oyente inspirador y reconfortante que nunca es rápido para criticar. No interrumpe, y sus ojos están fijos en nosotros con tanta ternura que su corazón escucha exactamente lo que estamos diciendo.
¿Qué clase de amigo es Cristo? Juan 15.13 responde a esa pregunta: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. Porque Él se entregó por todas las personas, nosotros, como sus seguidores, ciertamente podemos ofrecer nuestra amistad a otra persona.
Biblia en un año: MARCOS 10-12