Todos enfrentaremos pruebas. En realidad, o usted está en una tormenta, o está saliendo de una, o a punto de entrar en una. Sin embargo, adoramos al Dios bueno que provee de manera maravillosa, en especial durante los períodos oscuros de la vida.
El pasaje de hoy habla de una noche tormentosa en el mar de Galilea. Cristo provee para nosotros hoy tal como lo hizo con sus discípulos entonces. Veamos algunas maneras en que lo hace.
Primero, el Padre celestial nos ofrece su presencia y la promesa de que nunca nos dejará (Dt 31.8). Podemos sentir ánimo, valentía y confianza, sin importar las circunstancias.
Segundo, Dios bendice a sus hijos con un camino a través de los problemas. Él tiene control total de nuestra tormenta y usará la prueba para cumplir su propósito. Puede que no lo entendamos, pero podemos confiar en su mano para guiarnos y obrar el bien.
Tercero, el Padre ofrece a los creyentes el potencial para crecer. Las dificultades son momentos para aprender cuán grandes son el poder y el amor de Dios.
A nadie le gustan los tiempos difíciles. Pero recuerde dar gracias por la mano de Dios en su vida y por la manera en que Él usará la adversidad. Aunque las pruebas son dolorosas, nos ofrecen la oportunidad de confiar en nuestro Creador y conocerlo mejor.
Biblia en un año: AMÓS 1-4