Lindisfarne, conocida también como Isla Santa, es una isla mareal en Inglaterra, conectada al continente por un camino angosto. Dos veces al día, el agua cubre el vado. Unos carteles advierten del peligro de cruzar durante la marea alta. Pero, por lo general, los turistas no prestan atención a las advertencias y terminan sentados en el techo de autos sumergidos o nadando a refugios donde puedan ser rescatados. La marea es predecible, tal como la salida del sol. Y las advertencias están en todas partes; es imposible no verlas. Pero, como describió alguien, Lindisfarne es «donde los imprudentes tratan de ganarle a la marea».

Proverbios nos dice que es necio ser «arrogante y descuidado» (14:16 LBLA). A una persona descuidada no le interesa la sabiduría ni el consejo sabio, y tampoco suele prestar atención ni ocuparse de los demás (vv. 7-8). Sin embargo, la sabiduría nos hace detenernos para escuchar y reflexionar, para que las emociones descontroladas o las ideas difusas no nos desvíen (v. 6). Mientras que a los descuidados no les importan mucho las relaciones ni las consecuencias —o a menudo la verdad— «el avisado mira bien sus pasos» (v. 15).

Aunque a veces tengamos que ser decididos y actuar rápido, podemos evitar ser descuidados. Al ejercitar la sabiduría de Dios, Él nos guiará siempre.

De: Winn Collier