«No puedo creer lo que veo». Mi esposa, Cari, me llamó y me mostró por la ventana una cierva en el bosque, justo fuera de nuestra cerca, que saltaba de un extremo a otros de nuestro patio. Lo mismo hacían nuestros perros grandes dentro del patio, pero sin ladrar. Corrieron de un lado a otro durante casi una hora. Cuando la cierva se detenía y los miraba, los perros también lo hacían, y se preparaban para volver a correr. No era un comportamiento de depredador y presa; ¡la cierva y los perros jugaban y disfrutaban juntos!
Para nosotros, su retozar matinal nos brindó una imagen del futuro reino de Dios. El profeta Isaías proclama la promesa de ese reino, escribiendo: «he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra» (Isaías 65:17). Y continúa diciendo que «el lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey» (v. 25). No más depredador, no más presa. Solo amigos.
Las palabras de Isaías parecen mostrarnos que habrá animales en el reino eterno de Dios, y también indican lo que Dios está preparando; en especial, «para los que le aman» (1 Corintios 2:9). ¡Qué lugar hermoso será! Al confiar en Él por la fe, nos hace ver la realidad venidera: ¡paz y seguridad en su presencia para siempre!
De: James Banks