En la Guerra de invierno contra Rusia, en 1939, un soldado finlandés yacía herido en el campo de batalla. Un soldado ruso pasó a su lado, apuntando con su rifle. El final del finlandés era seguro. Pero el ruso le dio un kit médico y siguió avanzando. Lo notable fue que, más tarde, el finlandés se encontró en una situación similar, pero con los roles invertidos: un soldado ruso yacía herido e indefenso. El finlandés le dio los suministros médicos y se fue.

Jesús nos dio un principio guía esencial para nuestra vida: «todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos» (Mateo 7:12). ¿Puedes imaginar qué diferente sería nuestro mundo si los creyentes obedecieran esto? Si tan solo, con la guía de Dios, tuviéramos la misma compasión y misericordia que esperamos recibir. Al dar «buenas dádivas» a los demás, reflejamos el corazón de nuestro «Padre celestial que [da] buenas cosas» a los que ama (v. 11).

Es vital no considerar a los demás como simples enemigos, extraños o competidores por recursos u oportunidades, sino ver su necesidad de misericordia y bondad, tal como lo necesitamos nosotros. Al hacerlo, cambiará nuestra perspectiva y postura. Y con la provisión divina, ofreceremos el amor que se nos ofreció generosamente.

De: Winn Collier