David Vetter murió a los doce años de edad después de pasar toda su vida en una burbuja. El apodado «Niño burbuja» nació con una inmunodeficiencia combinada grave (IDCG). Para prolongar su vida, ingenieros de la NASA diseñaron una burbuja plástica de protección y un traje espacial para que sus padres pudieran sostener a David en el mundo exterior. ¡Ah, cuánto anhelamos proteger a los que amamos!
Nabal, el necio esposo de Abigail, ofendió al rey David, y este buscó vengarse con sus propias manos, pero Abigail corrió a su encuentro con un sabio recordatorio: «Aunque alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, […] la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven delante del Señor tu Dios» (1 Samuel 25:29). «Haz» expresa la idea de reunir elementos valiosos para que el dueño pueda llevarlos bajo su protección. Abigail le recordó a David que Dios quería llevarlo en un haz protector. El lugar más seguro era en las manos de Dios, no en las suyas propias. Y agregó: «señor mío, no tendrás motivo de pena ni remordimientos por haber derramado sangre sin causa, o por haberte vengado por ti mismo» (v. 31).
Hacemos bien en actuar para proteger a otros cuando lo necesitan, pero es solo en el cuidado perfecto de Dios que están verdaderamente a salvo.
De: Elisa Morgan