Según un artículo en The Wall Street Journal, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense sabe mucho sobre nosotros por la información en nuestros teléfonos celulares, que generan «metadata» que deja una «huella digital». Aunque cada porción individual de información parezca insignificante, combinarlas y analizarlas provee «una de las herramientas de investigación más poderosas que se haya inventado». Siguiendo nuestra metadata, se puede establecer dónde estuvimos y estamos en un determinado momento.
Enormemente superior a los análisis de la huella digital, Dios conoce dónde estamos en relación con Él. El Salmo 139 registra una oración a Dios, el único que puede examinar y escudriñar nuestro interior (v. 1). El salmista David escribió: «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón» (v. 23). Dios conoce todo de nosotros (vv. 2-6), está presente en todas partes (vv. 7-12) y formó cada parte de nuestro ser (vv. 13-16). Sus pensamientos están más allá de la comprensión humana (vv. 17-18), y Él incluso está con nosotros cuando enfrentamos a nuestros enemigos (vv. 19-22).
Por su omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia, Dios sabe exactamente dónde hemos estado, qué hemos hecho y cómo estamos formados. Pero es también un Padre amoroso que nos ayudará a andar en sus caminos. Sigamos sus huellas.
De: Marvin Williams