Un año, los líderes de nuestra congregación nos invitaron a dar ofrendas, además de las semanales, para construir un gimnasio para servir a la comunidad. Después de considerar en oración los gastos médicos por padecer una discapacidad, le pregunté a mi esposo: «¿Estás seguro de que podemos hacerlo?». Él asintió y dijo: «No le estamos dando a Dios nada que no sea de Él. Nos proveerá todo lo necesario». ¡Y lo hizo! Más de una década después, nuestra iglesia sigue sirviendo a Jesús con el servicio a la gente en ese lugar.

En 1 Crónicas 29, el rey David les mostró a los líderes de Israel su compromiso en apoyar a su hijo Salomón en la construcción del templo (vv. 1-5). Todos siguieron el ejemplo: «hicieron ofrendas voluntarias» y «el pueblo se regocijó» (vv. 6, 9 RVA-2015). David alabó a Dios y declaró que «todas las cosas que están en los cielos y en la tierra» son de Él (v. 11). Oró: «Oh Señor Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo» (v. 16).

Cuando consideramos todo lo que Dios ha hecho y nos ha dado—especialmente el regalo de una relación personal con Jesús—, podemos expresar nuestra adoración y mostrar gratitud y amor alsimplemente devolverle a Dios: ¡el Dador de todas las cosas buenas!

De: Xochitl Dixon