En los tiempos bíblicos, Dios hablaba de muchas maneras dramáticas. Aunque todavía habla hoy, algunos de sus métodos han cambiado. No habla con una voz audible ni envía un ángel cada vez que tiene algo que decirnos.
La manera principal en que nuestro Padre nos habla hoy es a través de su Palabra escrita. Su Espíritu Santo inspiró la verdad divina en la mente de ciertos hombres y los inspiró para que la escribieran de manera perfecta (2 Ti 3.16). No falta nada.
La Biblia es la manera en que Dios habla a nuestras necesidades apremiantes, inquietudes, angustias y preocupaciones. Cuando llega el problema, a menudo acudimos a otras fuentes, quizás hablando con un amigo o consejero. Todo eso está bien y es bueno, y es cierto que el Padre habla a través de creyentes consagrados. Pero el primer recurso que debemos consultar es su Palabra. Si usted toma la Biblia solo cuando tiene una pregunta o una emergencia, nunca entenderá el mensaje completo de lo que Dios quiere decirle.
La Biblia es un tesoro de los pensamientos de Dios. Pase tiempo allí todos los días, en busca de nuevas realidades y conocimientos.
BIBLIA EN UN AÑO: APOCALIPSIS 5-8